Ozzy Osbourne - Ordinary Man
Probablemente el disco más emocional de Ozzy, pero...
La vida es misteriosa e impredecible, pero hay que dejarlo claro: "Podríamos estar ante el último álbum de Ozzy Osbourne", y parece que eso deja a entrever el mismo "Príncipe de las Tinieblas". El estado de salud de Ozz ha ido en detrimento durante los años más recientes, en ese contexto, la oportunidad de hacer un nuevo álbum, fue, además de un entretenimiento y una terapia, una suerte de despedida de uno de los rockstars más grandes de la historia. Demos una repasada al material para entender.
"Straight To Hell" abre el álbum. La canción contó con la participación estelar de Slash (Guns N' roses) en la guitarra. -Se trata de uno de los cortes top del material-, estridente, con ritmo agresivo, y sobre todo con el sello del Ozzy clásico: risas, frases que invitan a perder el control, locura, -el ícono que conocemos y amamos está presente-.
En la segunda pista, "All my Life", Ozzy ve su propia vida a través de los ojos de su infancia, y descubre que no le gusta lo que ve; es una power ballad destacable. "Goodbye" mantiene la dinámica nostálgica y casi sepulcral. Pronto aparece la joya del álbum, una especie de réquiem adelantado: "Ordinary Man", aquí Ozzy, con una lírica conmovedora -que bien podría provocar las lágrimas de más de una persona-, hace un recuento de su excéntrica vida; a dueto con Sir. Elton John, -balada grandiosa-, la atinada mezcla entre un popstar y un rockstar, más la adhesión de Slash como cereza del pastel.
A finales del 2019, en Rocktopía Mx comentamos acerca de otro de los mejores singles del álbum: "Under the Graveyard". -Después del corte citado, Ordinary Man literalmente va cayendo en la medianía (no me refiero a que es la mitad del material sino a la calidad)-, "Eat me"; "Today is the End" y la referencia a los marcianos: "Scary Little Green Man" pasan casi desapercibidas. "Holy For Tonight" recupera cierto nivel, la canción aparentemente trata sobre la última noche de un preso condenado a muerte, y sus reflexiones. -Aquí se podría acabar el álbum, y aunque no estaríamos 100 % convencidos, sí diríamos que es un álbum a lo Ozzy Osbourne-... Pero no es así...
Para el cierre todo cambia drásticamente, primero: "It's a raid", feat. Post Malone, -parafraseando a Ozzy me permito preguntar: ¡¿Quién carajos es Post Malone?!... ¿Y por qué colaboró con la leyenda del Heavy Metal?, en serio... Pero tranquilos, sabemos la respuesta: Porque el productor del álbum así lo decidió, porque persuadió a Ozzy, porque este último aceptó. Al final del día, nuestro loco rockstar no deja de ser un hombre (nombre) de negocios, una marca registrada, pregúntenle a Sharon Osbourne, la polémica esposa y representante de Ozzy-; la canción al menos tiene algo de "Rock-Punk" en su esencia -y eso ya es mucho decir para "rescatarla"-; pero lo que llega al final parece una broma: "Take What You Want", un híbrido entre Pop Alternativo y Hip-Hop, -¿Qué es eso? No entiendo esa música, no es algo que escucho, evidentemente no me gusta y prefiero pasar por alto, ¡Nada tiene que hacer ahí Ozzy Osbourne, NADA!-.
Esta nueva entrega, surgió de la colaboración de Ozzy Osbourne en la mencionada "Take What You Want" de Post Malone, pieza en la que Andrew Watt, productor y guitarrista de Ordinary Man también participó, -eso explica muchas cosas que de otra manera serían inexplicables-. Al álbum lo salva un cast de renombre: Chad Smith (Red Hot Chili Peppers) a la batería, luego está lo que bien podríamos llamar a momentos: Ozz N' Roses, pues Duff McKagan es el bajista, y en un par de rolas se integra el ya mencionado Slash, -¿Puede un álbum con este crew ser "100 % desechable"? Obviamente no; sin embargo, sí se extraña la participación de Zakk Wylde y sus tantos años de química.con Ozzy. Osbourne es la súper estrella, con un carisma y una presencia incomparables, capaz de lucir siempre, pero también es cierto que siempre ha estado rodeado de músicos quienes además de ser superdotados en su técnica, tienen Rock en el alma, casos como el finado Randy Rhoads (guitarrista), Tommy Clufetos (baterista o Robert Trujillo, bajista de Metallica-.
-Estamos ante un disco que fue hecho en tiempo récord y con Ozzy en condiciones delicadas de salud, por eso el veredicto final no puede ser ajeno a estas circunstancias; por otra parte, el saber que podría tratarse de la despedida del loco Ozz, hace del material algo emocionalmente abrazable, un tesoro. Pero las pistas de relleno y la evidente línea comercial que pretendió "modernizar la música de Osbourne" no dejan de ser un desaire para los fans del "Príncipe de las Tinieblas" y para los conocedores del género Heavy Metal. Dejar el disco en 8 tracks (ninguno con el tal Malone) hubiera sido más acertado-.
Calificación: 7/10
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